“Discapacidad intelectual no es algo que uno tenga, como ojos
azules o un corazón enfermo. Ni tampoco es algo que uno sea, como bajo de
estatura o delgado… Discapacidad intelectual se refiere a un particular estado
de funcionamiento que comienza en la infancia y en el que coexisten
limitaciones en la inteligencia junto con limitaciones en habilidades
adaptativas”. (AAMR)
CONCEPTO
El concepto de discapacidad
intelectual hace referencia a una capacidad intelectual significativamente
inferior al promedio junto a un déficit o alteraciones en por lo menos dos
áreas de las habilidades adaptativas posibles, las cuales pueden ser: vía
doméstica, habilidades sociales-interpersonales, utilización de recursos
comunitarios, autocontrol, habilidades académicas funcionales, trabajo, ocio,
salud y seguridad. Además, se manifiesta
o su inicio es antes de los 18 años.
La discapacidad intelectual se debe a una serie de causas que
incluye tanto factores orgánicos como ambientales pudiendo darse antes del
parto, durante el mismo o, después de éste, como pueden ser: enfermedades
genéticas, enfermedades de origen ambiental, carencias nutricionales, traumas
en el momento del parto, etc.
Ya que el grado de afectación del SNC puede ser muy
diferente, pueden existir diferentes niveles o tipos de “retraso mental”. Según
el DSM, la clasificación propuesta es:
-
LEVE: C.I 55-70. Este tipo de retraso
mental está asociado a causas de tipo ambiental/familiar. Durante prescolar
desarrollan habilidades sociales y de comunicación. Además, se caracteriza por
un desarrollo lento pero prácticamente normalizado, por lo que podrían llevar
una vida prácticamente corriente, recibiendo apoyos o supervisión. No son
distinguibles de otros niños sin retraso.
-
MODERADO: C.I 40-55. Se
ve afectado un 10% de los RM. Durante prescolar, la mayoría adquieren
habilidades de comunicación empleando sistemas comunicativos. Podrían lograr
habilidades adaptativas suficientes para una vida semi-independiente con la
adecuada enseñanza y apoyos económicos y sociales. Pocos se casan o tienen
hijos.
-
SEVERO: C.I. 25-40. Suponen el 3-4% de los
RM. Durante prescolar desarrollan lenguaje comunicativo escaso o nulo.
Presentan dificultades en el conjunto de todas las habilidades adaptativas. En
lo que al ámbito laboral se refiere podrían realizar tareas simples con
supervisión continua.
-
PROFUNDO: C.I 25 o menos. Representan el 1-2%
de los RM. Suele estar acompañado de otras deficiencias. En la mayoría de las
ocasiones existe una enfermedad neurológica identificada. Requieren una
institucionalización total con supervisión constante.
Sin embargo, la AAMR hace hincapié en el importante papel que
cumplen tanto el contexto como los apoyos recibidos, por lo que la
discapacidad no se entiende únicamente como un elemento propio y limitado a la
persona, sino el resultado de la interacción de la persona con el entorno. Por
tanto, la discapacidad se puede decir que no es algo inamovible sino que va a
variar en función de cómo sean los apoyos recibidos, pues en función de estos,
las capacidades de las personas se desarrollarán más o menos.
Como se puede observar en la imagen, las personas con
discapacidad intelectual presentan necesidades de apoyo en diferentes ámbitos,
como el desarrollo personal, la educación, las actividades de la vida
cotidiana, la salud, las relaciones sociales, etc. Dichas necesidades van a variar dependiendo
del tipo de discapacidad que presenten, pudiendo requerir desde apoyos
puntuales en determinados momentos hasta apoyos continuados que pueden ser
requeridos de forma diaria.
Por tanto, queremos hacer hincapié sobre los apoyos que
requieren las personas con discapacidad intelectual, pues a través de éstos podrán
mejorar tanto en las habilidades de adaptación como en su calidad de vida.
Para poder ofrecer los apoyos necesarios resulta
imprescindible previamente conocer las dificultades que presenta cada persona
en el desarrollo.
Por una parte, existen ciertos rasgos generales que
caracterizan el proceso evolutivo de este alumnado, el cual se podrá ver
afectado en diferentes aspectos. Por un lado, pueden presentar un retraso en el desarrollo, siendo su evolución
más lenta de lo habitual, adquiriendo las capacidades con cierto desfase
cronológico en comparación con aquellas personas sin discapacidad. Así mismo,
su desarrollo también estará incompleto puesto que no se completan
totalmente en las fases evolutivas intermedias, mostrando lagunas o déficit en
ciertos aspectos del desarrollo. Además como consecuencia de lo anterior, las
personas con DI también sufren desniveles más acusados de lo habitual en cada
fase evolutiva en el grado de desarrollo en las diferentes capacidades (heterocronía
del desarrollo). Finalmente, suelen mostrar una alta disgregación de sus
diferentes capacidades, es decir que el proceso en el que sus capacidades se
van diferenciando y se van integrando funcionalmente no se produce en el mismo
grado en la persona con discapacidad intelectual, presentando un déficit de
integración funcional.
Por otro lado, estos niños van a presentar unas
características diferentes en su desarrollo en función del tipo de discapacidad
que presenten. Estas características del desarrollo van a ir relacionadas con
el lenguaje y la comunicación, con su autonomía, aspectos personales y
sociales, con aspectos motrices y corporales, cognitivos.
DESARROLLO EN LA DI LEVE
En general, el desarrollo de un niño con DI leve se
caracteriza por una mayor lentitud que el desarrollo evolutivo “normal”, y un
déficit significativo, pero no excesivo, en los aspectos cognitivos del
desarrollo.
DESARROLLO EN LA DI MODERADA
En este caso, no sólo existe un mayor grado de retraso del
desarrollo, sino un déficit cognitivo y en el desarrollo de la autonomía
personal, a menudo asociado a déficit sensoriales y psicomotores de carácter
más o menos leve, dependiendo del tipo de síndrome a que esté asociada la DI.
DESARROLLO EN LA DI SEVERA
Las DI severas,
habitualmente suelen presentar no sólo un retraso global muy grave del
desarrollo, sino déficit altamente significativos en aspectos específicos. A
nivel motor, por ejemplo, tanto en la infancia como en la edad adulta estos
niños suelen presentar gran torpeza motriz, especialmente en lo relativo a la
adquisición de destrezas manipulativas, incluso de las necesarias para las
conductas de aseo, higiene, vestido, alimentación, etc.
Si unimos esta
situación a un importante déficit intelectual, que se extiende a las funciones
cognitivas no sólo superiores, y a un desarrollo comunicativo en el que el
lenguaje se reduce (cuando aparece) a un vocabulario de entre 50 y 250 palabras
pronunciadas de forma distorsionada y al uso de enunciados de una a tres
palabras, es fácil entender el alto grado de dependencia que suelen presentar
tanto en la infancia como en la vida adulta.
Dicha
dependencia se ve incrementada por una acusada tendencia a la pasividad,
limitado control de impulsos, baja tolerancia a la frustración y frecuentes
conductas desadaptativas, que deben constituirse en uno de los ejes centrales
de la intervención educativa en el hogar y la escuela.
En cuanto a la
DI profunda, lo más destacable es que suele aparecer asociada a otras
discapacidades, dependiendo en gran medida el desarrollo del individuo de
cuáles sean éstas y de su grado, aunque siempre con muy severas restricciones
en todas las áreas del desarrollo.
Dadas estas características en su desarrollo, los niños con
DI van a mostrar una serie de necesidades específicas de apoyo educativo en determinados aspectos, las cuales van a
poder variar en función del nivel de
discapacidad que presente, pero principalmente van a tener unas necesidades
comunes, precisando un apoyo para el desarrollo tanto de su discapacidad
intelectual como de su comportamiento adaptativo. Por todo ello se puede decir
que existen necesidades básicas para este alumnado como son especialmente la
provisión de una atención educativa lo
más temprana posible, puesto que cuanto
antes se intervenga con el niño mejor será el pronóstico, ya que además su
ausencia lo que va a conseguir solamente es retrasar la aparición de ciertas
adquisiciones; así como el refuerzo y
sistematización de las experiencias de aprendizaje
socialmente mediado, de manera que todos los entornos de desarrollo en que
participa, se organicen para maximizar las experiencias.
Intervención
educativa
en la escuela
Para poder responder a las necesidades de los alumnos con DI,
los docentes tendrán que tratar de integrar de forma efectiva una serie de
técnicas y procedimientos de enseñanza-aprendizaje que se han mostrado
especialmente eficaces:
Ø Técnicas de modificación de conducta
Ø El principio de redundancia, es
decir, que a los niños les pueda llegar la información por diversos canales
sensoriales. Cuanto más estimulación reciba y por más medios mejor.
Ø La presentación simple y muy
estructurada de los estímulos
Ø El refuerzo sistemático de las
habilidades básicas que sean requisitos para la adquisición de otros
aprendizajes.
Ø La práctica reiterada con un grado de
autonomía creciente.
Así mismo, el docente deberá priorizar a la hora de enseñar a
estos alumnos sobre determinados aspectos los cuales presenten un desarrollo
deficitario en alumnos con DI. Los aspectos que deben ser preferentes en la
enseñanza de este alumnado son: habilidades cognitivas, lenguaje, habilidades adaptativas
y comunicación.
Intervención educativa en el ámbito familiar.
La familia junto con la escuela se convierte en los
principales agentes socializadores de los niños, por tanto, la colaboración
entre ambos contextos resulta fundamental.
La colaboración de la familia es necesaria en todo el
alumnado, pero cuando estamos hablando de alumnos con necesidades educativas
especiales se vuelve fundamental e imprescindible dicha cooperación.
Así mismo, la familia debe tratar de ayudar a estos
niños en todo lo posible para que los niños no se sientan solos, sino que por
el contrario se den cuenta de que su familia les apoya en todo momento.Hay que
tratar de evitar fenómenos como el que describe Fishman como la trampa del “cuarto
de los espejos” que consiste en que “la
familia espera un funcionamiento limitado por parte del chico discapacitado,
por lo cual no lo impulsa a esforzarse y a crecer. Así, el adolescente, aceptando
el punto de vista de la familia, no pone ningún empeño y se consume en su discapacidad.(...)
El modo en que es tratado afecta su autoconcepto. Si la imagen que le refleja
la familia se basa en las limitaciones de la discapacidad, la autoimagen y el potencial
del individuo quedarán disminuidos, pues se verá a sí mismo como un lisiado. Su
respuesta a estos reflejos sirve para ratificar la imagen. El resultado es una
profecía que opera su propio cumplimiento”
Con ello queremos hacer ver que la familia juega un papel
fundamental en las limitaciones de la persona discapacitada, pues según como
sean las expectativas de una la familia así se acabarán volviendo las de aquella
persona con discapacidad.
“Cada persona es un mundo, todos somos un mundo y todos, en un momento dado, necesitamos apoyo” (Mª Luz Quesada)
La discapacidad en una familia
produce un gran impacto, pues la modifica en todos los niveles ya que hasta
entonces podía resultar un tema desconocido para ellos e inesperado. Por eso,
el papel de las diferentes guías, asociaciones y fundaciones resultan de gran
ayuda para ellas.
SITIOS
RECOMENDADOS
§ ASOCIACIÓN EN FAVOR DE LAS PERSONAS
CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL DEL SUROESTE DE ALMERÍA.
§ CONFEDERACIÓN ANDALUZA DE
ORGANIZACIONES EN FAVOR DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL.
§ ASOCIACIÓN ANDALUZA DE PADRES Y
MADRES PARA LA INTEGRACIÓN, NORMALIZACIÓN Y PROMOCIÓN DE LAS PERSONAS CON
DISCAPACIDAD INTELECTUAL Y SÍNDROME DE DOWN.
§ ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL SIN ÁNIMO
DE LUCRO QUE LUCHA POR LA INTEGRACIÓN SOCIAL DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
INTELECTUAL.
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